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viernes, 3 de julio de 2009

conociendo a hector



Son las 11 de la noche, voy a darme una ducha, en estas noches de junio el ambiente es muy caluroso y mi cuerpo está demasiado caliente, el agua tibia me calmara un poco.
Entro en el baño y empiezo a quitarme la ropa, en el espejo de la mampara puedo observar que mis pechos han crecido últimamente, el tanga negro que llevo apenas me tapa, lo compre en las rebajas pero me queda genial. Al quitarlo noto que mi sexo esta algo húmedo y mis pezones se endurecen al tiempo que siento una necesidad loca de tocarme.
Me introduzco en el plato de ducha y conecto el masajeador, echo mano de un pequeño cajón donde tengo mis innumerables juguetitos sexuales, cojo ese que tengo de color morado el que va con pilas.
Me acomodo en el asiento del plato de ducha con el masajeador dándome en la espalda mientras abro mis piernas y voy pasando el consolador por mis muslos, la excitación va en aumento y mi sexo se humedece más y más,
El chorro de agua va cayendo por mi cara y recorre mis voluminosos pechos, siento que estoy apunto que voy a explotar un ataque de lujuria me obliga a acelerar los movimientos de mi juguetito, lo paso por mi sexo y lo introduzco, el mete y saca cada vez es más rápido mis gemidos son casi incontrolables siento entre mis piernas un calor irrefrenable.
Creo que me viene, siento que termino
Ahhhh ahhhhh ahhhh siiiiii AHHHHHHHHHHHHHHH.
El numerito de la ducha me ha sentado estupendo pero he de arreglarme, necesito salir a tomar algo, hoy en la televisión no echan nada interesante y mi cuerpo aun sigue excitado.
Al lado de casa hay un bar de ambiente me han dicho que esta genial para ligar estoy pensando entrar y tomarme un blody mary, en la puerta del local hay un portero cachas que no para de mirarme el escote mientras estoy esperando en la fila, mis dedos juguetean en mi boca y eso hace que el portero me invite a entrar.
El local está abarrotado de gente, la mayoría son hombres mayores que yo pero eso no me impide adentrarme al fondo y sentarme en la barra del final.
El camarero es un chico delgado, moreno y algo simpático supongo que ha de ser así para ganarse a la clientela.
-hola me llamo esteban y esta noche seré tu camarero.
-hola soy Leire.
-que te pongo preciosa.
-¿jajá estas intentando ligar conmigo?
-mmmmm si me dejas lo intento.
-no estaría mal, pero me van los tíos mayores que yo.
-¿ah sí? Pues el caballero que hay al fondo de la barra no te ha quitado ojo desde que entraste al bar.
-¿ah sí? Me puedes poner un blody mary por favor.
-y sin por favor también te lo pongo preciosa.
-gracias.
Mientras bebo de mi copa observo al caballero que me dijo esteban para ver si es verdad que me miraba y así era no retiraba su mirada de mi.
Eso me estaba dando muchísimo morbo, jugueteo con mi copa, mientras paso un dedo por mis labios eso hace que el caballero de la barra se muerda el labio.
Esteban volvió acercase a mí, en su cara se dibujaba una sonrisa algo picara y me dijo.
-Leire, yo tenía razón, aunque se me olvido decirte antes un pequeño detalle, el caballero del fondo de la barra me dijo que todo lo que tomaras corría a su cuenta.
-¡joder, copas gratis para mí! Jajaja
-así es, parece que esta es tu noche Leire.
Hice un gesto con la cabeza para agradecérselo al caballero de la barra y él me sonrió.
Era mayor que yo pero tenía un atractivo que me llama la atención, mientras lo miraba mi cabeza no dejaba de dar vueltas y empecé a imaginar cómo sería montárselo con él.
Podía sentir como mi cuerpo se calentaba y mi sexo se humedecía.
El caballero de la barra cogió su copa y se acerco a mí.
-hola, soy Héctor,
-hola me llamo Leire, encantada.
Nos dimos dos besos, mientras yo podía observar que la mirada de Héctor me desnudaba por completo.
-¿que hace un bombón como tú por aquí sin pastelero que la acompañe?
-jajá, tanto como bombón no soy.
-¿ah no? Pues a mí me has encantado desde que entraste.
Joder, este tío me estaba poniendo a mil, intentaba ligar conmigo y la verdad lo estaba consiguiendo.
Después de charlar un rato, pudimos sentir que nuestros cuerpos se excitaban, Héctor me propuso algo a lo que yo accedí.
-¿quieres jugar Leire?
-¿jugar?
-si, te espero en el baño de caballeros.
Después de unos minutos bebí lo que quedaba de mi copa, y fui a donde el me dijo, al entrar me di cuenta que no había nadie solo estaba Héctor esperándome.
Al entrar Héctor me apoyo contra la pared del baño, nuestros labios se unieron en un ataque de desenfreno, y el comenzó a subir mi vestido dejando mi ropa interior al descubierto.
Sus manos masajeaban mis pechos mientras yo desabrochaba su camisa de color azul dejando todo su torso a la vista, poseída por la pasión y la lujuria mi cuerpo se excitaba cada vez más, necesitaba sentirlo dentro de mí.
Poco a poco recorría cada centímetro de mí y fue bajando hasta mi tanga de color rojo arrancándolo con su boca para continuar lamiendo mi sexo.
Abrió mis piernas y se introdujo, su lengua no paraba de moverse era un vaivén sin cesar, mis gemidos era incontrolables, estaba tan excitada que no sabía qué hacer con mis manos.
Héctor se incorporo para besarme y yo aproveche para arrancarle el cinturón y bajarle el pantalón pudiendo ver lo erecto que estaba.
Me puse de rodillas para comenzarle una felación, le baje el short, me quede asombrada por un instante al ver su enorme y erecto miembro viril.
Mis lametones se hacían grandes en sus testículos mientras mi lengua recorría todo su miembro notando como su cuerpo comenzaba a dar fuertes contracciones.
Pose mis labios sobre su capullo sonrosado y introduje todo su miembro en mi boca, sus manos agarraban mi cabeza haciendo movimientos para dejar entrar y salir todo su pene.
Sus dedos se introdujeron dentro de mi sexo pudiendo notar lo húmeda que estaba, no pude dejar de gemir estaba demasiado excitada necesitaba que me penetrara, necesitaba sentir su miembro dentro de mí.
Me volteo y me puso de cara a la pared, abrió mis largas y dulces piernas, y introdujo su enorme y erecto miembro en mi sexo, eso hizo que de mi saliera un gemido descomunal.
Ahhhhhhhhhhhh,
Sus movimientos fueron acelerando al compas que mis pechos no dejaban de agitarse, mientras me penetraba su mano derecha jugaba con mi clítoris haciendo que mi cuerpo temblara de placer.
Los dos estábamos al límite, nuestros cuerpos se aceleraban y el ritmo era incontrolable, sus metidas y sacadas iban a hacer que yo estallara de placer.
Hizo que me corriera como nadie jamás lo ha hecho y el término de correrse en mi dulce boca, cosa que me gusto tragar.
Termine lamiéndole su miembro y agradeciéndole por la experiencia vivida mientras los dos nos vestíamos para volver a la barra del bar.
Pidió dos copas y nos echamos a reír después de todo.

Miramos el reloj, eran las 4 de la mañana, la noche se nos paso sin darnos cuenta, nos despedimos con un profundo beso y en una nota me dejo su número de teléfono.
-tal vez te llame algún día para que calmes mi excitación como hoy… le dije.
-cuando quieras, ya sabes, me ha encantado, eres una mujer muy atractiva y caliente.
Y con una sonrisa de complicidad los dos partimos cada uno por su lado,
Al llegar a casa mi ducha y mis juguetitos me esperaban,
Pero eso ya es otra historia que algún día os contare.

4 comentarios:

  1. hola chikilla precioso blog me encanto sobre todo la historia esta esta genial solo espero ver algun comentario en mi blog ala ya soy el primero en comentarr pasa buen dia chaito

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  2. angelito preciosa historia sigue asi y llegaras muy lejos un beso mi niña

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  3. si es que la ducha es importantisima para nuestra higiene, fisica, mental y espiritual, me encanta el agua, y tu escrito...

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  4. me encanta tu relato me encanto sigue asi un besazoo

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